Remontada tomando sol en un ala de avión que iba para Indonesia caigo en el Mar Rojo, inundada de burbujas. Mi nariz se siente cómoda, aspira aire al 10000% de humedad y le da a mis pulmones un empujón para llegar más profundo.
Toco fondo, me agarró de mis pies y disfruto el sonido a nada, a nadie, le regalo un par de gotas más al mar y me convenzo de que estoy haciendo algo bien, de que puedo ayudar a renovar los océanos, a limpiarlos y dar agua nueva para vivir.
Recuerdos de infancia, dolores de estómago, peleas con chicos, discusiones de trabajo, distancias de familia, todo lo malo que pueda recordar me ayuda a que el mar pueda darles de tomar.
lunes, 4 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)