Una ciudad en donde el piso está más en movimiento que los hombros de un brasilero, en donde Jorge Efficient está probando fórmulas que resistan al caucho para poder sobrevivir y salir del departamento danzante debajo de la autopista; se encuentran cientos de pares de pies que sus dueños sacaron a pasear al recorrido más aburrido, la cola.
Esas interminables filas de zapatos cansados a las que nos debemos, sólo por el hecho de bajar 5 pisos, tocar un rato la realidad e irnos levitando en dos o cuatro ruedas.