miércoles, 26 de marzo de 2008

sueño-ensueño-sueño

La piscina de la poblada dormitaba en sus andenes por largos caminos de cuscos con algodones de semolada.
Tanto la atrevían los zorros que ella se administró y levantó toneladas de maní cubierto de polvo dorado de los andaluces de santos barriales.
Por fin lo logró y tanto sudó que a millones de hormigas abasteció.
Los gusanos se apoderaron y vertieron todo su jugo en una rica comida londinense, con té en taza y dos terrones de azúcar.
Un avión pasaba por la torre y bajó a saludar, con la sacudida arrancó 250 rosas con espinas que entregó en la mano a una doncella a punto de casarse.

Despertó, algo pateaba. Horas después un llanto tierno e inexperto, ilumina una sonrisa amplia de dientes blancos, que horas más tarde caerá por el silencio más abrupto y mojado que un niño pueda dar.

domingo, 16 de marzo de 2008

herida

Todos están atentos, hay más factores externos que pueden afectar porque los internos ya se conocen, y bastante.

¡Suena la alarma!; ¡la roja!; ¡esa grande y redonda!; ¡prepárense, fluyan, rápido, más rápido!.
Un solo túnel está disponible para la sección M de la extremidad superior derecha. Uno solo está a cargo de la misión. Junta energías, proteínas y elasticidad en milésimas de segundos y parte, a toda velocidad.
Este enviado es torpe, pero muy eficaz. Dobla y se choca con paredes fibrosas, firmes, pero a la vez acolchadas lo que le permite impulsarse cada vez más.
Cientos de compañeros lo agitan desde finas capas transparentes que rodean todo el recorrido.

La adrenalina lo vuelve cada vez más rojo, está viendo el orificio, ese por donde tiene que emerger, lo divisa, calcula sus movimientos para expulsar, toma más velocidad, ¡más! y frena para salir despacio y aglutinado al exterior.

este estado que está

Cuanta nube pasaba por mi cabeza, se estaría calentando demasiado que hacía subir al 75% de mi agua.

Quería descansar pero no podía, cerraba los ojos y en lo negro se dibujaban muchos escenarios al mismo tiempo que jugaban con mi mente y rodeaban la coronilla.
No podía distinguirlos, se mezclaban, pero había uno que mostraba poder, era tan o más importante como la única taza no chascada de la alacena.
Temía tanto que me atrapaba con sus difusos contornos y sólo me dejaba mover mis pies, luego a mi cadera que se levantaba, y arqueada, impulsaba a mis pulmones a desahogarse de tanto misterio.

Las agujas del reloj se metieron a defenderme, llegaban a las y 10 dónde las esperaba esta oscuridad que de un soplo las volvía a dejar juntas.
Siguieron luchando hasta que un ruido externo, un silbido agudo de abuelo, espanta al irregular.

Inmediatamente todos mis músculos se aflojan y mis párpados se abren como dos persianas a las 7 de la mañana.

domingo, 9 de marzo de 2008

2 en línea

El filoso techo de un edificio y sus enmarcadas ventanas dibujan en lo urbano rectas engamadas de colores cálidos mezclados en la noche.
Se unen con las calzadas de calles y la velocidad de los autos. Mientras bordes de gigantografías publicitarias y carros cartoneros se muestran en primera plana más enfocados.

Caen paralelamente los postes de luz con punta de diablo y los bastones de madera con raíces débiles esperando florecer.
Puertas entreabiertas y cerradas también piden permiso para unirse en este enrejado paisaje.

Jugando entre buzones y bancos de plaza se encuentran dos lineas curvas incandescentes y atractivas. Por arte de magia o por solo arte entibian su movimiento, se paralizan e inmediantamente se unen formando un splash de flúos maravillosos, dando lugar, una vez más, a la excepción de la regla.

miércoles, 5 de marzo de 2008

el tiempo mete miedo pero no teme

Hay una historia, de esas que se cuentan en las grandes familias y que siempre hay lugar para recitarlas, que nunca se publicó en un libro, ni en una carta de lectores, ni en un ensayo para una canción.

Cuenta así: Un jardinero, muy bueno hay que admitir, trabajaba y vivía en una casa de un barrio que nunca conoció.
El dueño de esta nunca le permitió salir. Aunque no pareciera, su procreación no había sido del todo favorable, sólo sabía de plantas e imitaba lo que la televisión le decía. No podía percibir sentimiento ajeno a lo que estaba acostumbrado.

Un día, el dueño de la casa muere, sus raíces desgastadas no pudieron resistir los altos vientos.
Como era de esperar, el jardinero tiene que marchar a lugar desconocido, el no sabía si podía sobrevivir sin agua y sin la luz que le entraba desde su ventana ubicada al este todas las mañanas, sin embargo toma con total tranquilidad su bolso lleno de ropa elegante y su control remoto.
Camina por horas, llenas de desolación y una inocencia perfecta para ser abusada.

Una gran vidriera le llamó la atención, colmada de televisores y uno en particular, más grande, que retrataba por medio de una cámara a todo el que pasaba.
Deslumbrado se sentó en la vereda y empezó a cambiar los canales con su control.

A mucha gente le llamó la atención, pero sólo una le preguntó: -“¿Usted que cree que va a pasar con el cambio de gobierno y todos los hechos que faltan arreglar?, ¿Pasará mucho tiempo para que esto se resuelva?."

El jardinero sólo entendió la ultima pregunta, muy templado y con su mirada fija en la tele respondió: -¨Está el verano, luego el otoño y el invierno y finalmente la primavera en dónde las flores florecen en su totalidad y volvemos a esperar al verano, al otoño y al invierno para admirar esta maravilla."