martes, 25 de octubre de 2011

Todo es blanco o negro.

El agua repiqueteó, los árboles se sacudieron y la nube Juan supo que algo estaba pasando.

A la vista, lo que se veía era agradable, una luz tiñendo una sombra, una zebra entremedio, una mancha tan poderosa que no podría haber salido con ningún jabón en polvo chino estaba siendo eliminada.

De a poco el té fuerte reposaba, las hormigas, con ramas de cerezo, se acercaban, el sol pedía permiso a las nubes para conseguir el lugar más alto y ver como un dulce y único pato negro se convertía en el constante y predecible cisne blanco.