lunes, 8 de agosto de 2016

Burbuja.

Dando saltitos, casi sin pensar en el suelo, tratando de volar como un cartón ni muy pesado ni muy liviano la llegamos a tocar, llena de colores, una excusa perfecta para el color transparente en el Tuti Fruti.
La tocamos, juramos que la tocamos, pero dónde está? De pronto vimos claro a través de ella y quedamos solos buscando ese momento de conexión con la realidad, tan fino y transparente que necesitamos.

domingo, 27 de enero de 2013

Gracias cola.

Una ciudad en donde el piso está más en movimiento que los hombros de un brasilero, en donde Jorge Efficient está probando fórmulas que resistan al caucho para poder sobrevivir y salir del departamento danzante debajo de la autopista; se encuentran cientos de pares de pies que sus dueños sacaron a pasear al recorrido más aburrido, la cola.
Esas interminables filas de zapatos cansados a las que nos debemos, sólo por el hecho de bajar 5 pisos, tocar un rato la realidad e irnos levitando en dos o cuatro ruedas.

domingo, 1 de julio de 2012

Cuando la intocable quiere que la toquen.

La luz le achinaba los ojos e irradiaba arcoiris, de más de 9 de colores, colores con pigmentos no descubiertos. La gotas de humedad deslizaban en su cara con el mismo cuidado que una madre prepara bizcochuelo un domingo.
Gloriosa como sol en invierno, intocable como la copa del vino del papa y mágica como la figurita transparente para llenar el álbum estaba alta en el centro del zoológico, su cartel decía "Hermosa From Heaven"
De a poco, las bestias, holgazanas, carnívoras en la sombra empezaron a mostrar sus pelajes terrosos, salpicando confianza y carnalidad como el gran imán que hace que la tierra se mantenga en su lugar.
La gente volteó como lechuzas en luna llena y como manada fue a buscar un poco de vértigo y humanidad, dejando a la luz puesta en una vela lenta, una vela que alumbra un sótano lleno de salsa de tomate dulce, atrevida y demasiada deliciosa para pensar que puede ser verdad.

martes, 25 de octubre de 2011

Todo es blanco o negro.

El agua repiqueteó, los árboles se sacudieron y la nube Juan supo que algo estaba pasando.

A la vista, lo que se veía era agradable, una luz tiñendo una sombra, una zebra entremedio, una mancha tan poderosa que no podría haber salido con ningún jabón en polvo chino estaba siendo eliminada.

De a poco el té fuerte reposaba, las hormigas, con ramas de cerezo, se acercaban, el sol pedía permiso a las nubes para conseguir el lugar más alto y ver como un dulce y único pato negro se convertía en el constante y predecible cisne blanco.

martes, 5 de julio de 2011

Una vista que no deja ver.

La bandera roja, tenía una feroz pelea con el viento, una pelea sin fin, sin ningún ganador, pero incesante.
Al mismo tiempo el mar picadísimo carecía de olas, aunque rebalsaba en agua, agua que se escapaba por pequeñas alcantarillas un poco tapadas de rimmel.

De golpe algo se tapa y se infla, tal cual una vaca muerta en el campo, junta tanto aire como para sobrevivir un año y cae, como una catarata en sus mejores tiempos, llena de espuma de rabia, dolor de salpicada y tranquila como los pájaros que se bañan.

Alguien cambia la bandera por amarilla, temiendo y esperando que en cualquier momento esas palabras la conviertan en roja.

domingo, 16 de enero de 2011

La extraña, extraña.

La veía siempre ahí, con una expresión rara, no me atrevo a decir triste, rara.
Frágil como un pilón de cajas de mudanza, inocente como muchos creen y poco entienden y sensible como un lápiz cuando le sacan punta.
Un día ahí, iluminada por la lluvia (cuando está mas oscuro de lo que debería estar) seria y vestida con colores que atraían al arcoiris; me atreví a hablarle:
"Hola" - le dije.
"¿Hola, cómo estás?" - me respondió con los pómulos bien arriba.
"Bien, ¿y vos?, ¿Estás bien?.
"No, acabo de notar mi falta de alegría que todos mencionaban" - me dijo con calma y con una voz que costaba salir del medio de su garganta.

lunes, 4 de octubre de 2010

Lo mejor del día es acordarse de un lindo sueño.

Remontada tomando sol en un ala de avión que iba para Indonesia caigo en el Mar Rojo, inundada de burbujas. Mi nariz se siente cómoda, aspira aire al 10000% de humedad y le da a mis pulmones un empujón para llegar más profundo.
Toco fondo, me agarró de mis pies y disfruto el sonido a nada, a nadie, le regalo un par de gotas más al mar y me convenzo de que estoy haciendo algo bien, de que puedo ayudar a renovar los océanos, a limpiarlos y dar agua nueva para vivir.
Recuerdos de infancia, dolores de estómago, peleas con chicos, discusiones de trabajo, distancias de familia, todo lo malo que pueda recordar me ayuda a que el mar pueda darles de tomar.