domingo, 1 de julio de 2012

Cuando la intocable quiere que la toquen.

La luz le achinaba los ojos e irradiaba arcoiris, de más de 9 de colores, colores con pigmentos no descubiertos. La gotas de humedad deslizaban en su cara con el mismo cuidado que una madre prepara bizcochuelo un domingo.
Gloriosa como sol en invierno, intocable como la copa del vino del papa y mágica como la figurita transparente para llenar el álbum estaba alta en el centro del zoológico, su cartel decía "Hermosa From Heaven"
De a poco, las bestias, holgazanas, carnívoras en la sombra empezaron a mostrar sus pelajes terrosos, salpicando confianza y carnalidad como el gran imán que hace que la tierra se mantenga en su lugar.
La gente volteó como lechuzas en luna llena y como manada fue a buscar un poco de vértigo y humanidad, dejando a la luz puesta en una vela lenta, una vela que alumbra un sótano lleno de salsa de tomate dulce, atrevida y demasiada deliciosa para pensar que puede ser verdad.

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