domingo, 27 de enero de 2013

Gracias cola.

Una ciudad en donde el piso está más en movimiento que los hombros de un brasilero, en donde Jorge Efficient está probando fórmulas que resistan al caucho para poder sobrevivir y salir del departamento danzante debajo de la autopista; se encuentran cientos de pares de pies que sus dueños sacaron a pasear al recorrido más aburrido, la cola.
Esas interminables filas de zapatos cansados a las que nos debemos, sólo por el hecho de bajar 5 pisos, tocar un rato la realidad e irnos levitando en dos o cuatro ruedas.

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