viernes, 8 de febrero de 2008

palabra

Cueva pastosa con astillas manchadas de diferentes formas y colores, ninguna es perfecta, pero todas se entienden.
Algo en medio de la noche las despierta, un yo interior que viene de arriba, la voz es baja y penetrante.

Una bahía acuosa se forma y se libera por pequeños destellos con salida al exterior, cae en montañas sedosas y se tropieza con volcanes apagados acolchonados.
La caverna se abre y en unos minutos empieza a interactuar. Charcos, partículas, dibujos de manos salen abrumados, desesperados, sabiendo que esa era su oportunidad, habían encontrado la lima dentro del pan.
Apenas interactúan con el exterior se transforman. Se hacen siluetas legibles sin orden ni control.
Algo las lleva, y las une con otras compañeras, pero en realidad no saben que hacen y desesperan. Tanto temen y dudan que no se pueden relacionar entre ellas, juzgan y prejuzgan antes de ser exploradas.

Al fin un par se reúnen pero no son las adecuadas, se animan a ponerle tono y la voz de arriba les advierte.
Ellas se tiran en bungee jumping. Por no ser precavidas y averiguar mejor, la caída se torna dificultosa y un par de segundos bastan para destrozarlas y no poder reunirlas nunca más.

3 comentarios:

Sugus verde dijo...

voy a extrañar este escrito.

pero ya nos volveremos a ver.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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