domingo, 1 de junio de 2008

ni si, ni no, ni blanco, ni negro



Hoy me toca levantarme media hora después, si...que lindo, media hora más cubierta en la oscuridad cálida toda enroscada. Pero no puedo, no quiero, me despierto al son de mis agujas mentales esperando a que las del celular timbren para que se me levante una comisura.

Me levanto con una pileta de ositos de gelatina en mi cabeza, cada uno con una personalidad distinta.
Está el verde que quiere recordar y amacarse en su pasado, que no quiere salir de eso por temor a perderlo de nuevo. Pensar en momentos con violines y carcajadas acarameladas.
El azul que vive pensando que hoy será el día. El que cada ruido, tropiezo, roce, llamado, lo hace saltar y concentrar todo sus glóbulos azucarados en una parte del cuerpo, en dónde las ansias lo despiertan y lo hacen rebotar por todos lados queriendo saber más y más hasta desinflarse con la desilución no esperada.
El rojo, un poco escondido, sale de vez en cuando a posarse y chapotiar todo lo que pueda. Poner su corazón en la mano y entregarlo, dejarlo unos segundos ahí para quien quiera agarrarlo y pasar a buscarlo como una pasiva rutina.
Naranja, oh naranja! Buscás sólo a los que les gusta tu compañía, te refugiás y te abrís como sos, así como tu progenitora, gajo por gajo.
Amarillo, es la luz de todos estos, el que sabe que adentro tiene tanto y todo tan claro que, a la vez, se ve transparente y débil como para hacerse cargo.

Todos ellos están ahí hace mucho tiempo, ya se están aburriendo y pasando de moda. Ven a través de mis ojos que el mercado avanza, que las hamburguesas para armar de gomita y esas redondas confitadas están teniendo mayor éxito. Que se guardaron mucho tiempo y quieren salir, a probar, a ver que pasa.
Hoy, estoy más tranquila, miré esa última galletita que nunca me animaba a agarrar y me la apropié. Todo el resto que ya comí, las que hicieron feliz a mi panza y a veces enroscarla de dolor quedaron ahí.

1 comentario:

| cielo | dijo...

prepraría un osito de gelatina doble sabor: verde y azul.
Sin duda me identifica.


y desde lejos, te acompaña.