miércoles, 2 de julio de 2008

travesti ciego

El/ella ya sabe dónde está/n la/las crema/s, el/los rouge/s y la/las peluca/s. No sabe si el/los velador/es está/n prendido/s, pero no importa, ya sabe de que manera arreglarse.
Parte con rumbo a donde lo/la esperan sus compañeros/ras.
Los/las clientes/tas pasan como si fuese un día de oferta. Unos/unas paran pero no compran. Otros/as ofertan y se lo/la llevan.
Cobra, espera por un/unos trabajo/s más y piensa que la vida es una noche.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los travestis nos van a envidiar cuando nos vean salir de Paraguay con las botas blancas (o como la desquiciada de anoche) y las extensiones camino al bar de la esquina. Ojalá nos dejen pasar. Seguramente encontremos un cartel con tu cara que diga "Buscada por robar un libro"
Y si no, acompañame a ser feliz el 12 (?)

Luciano dijo...

Tremendo. Me quedo.

kit sch dijo...

Un travesti ciego
y
un tren homofóbico
!*