miércoles, 21 de noviembre de 2007

todos los que quieras

Un día de estos escuché a alguien comentar en forma de aviso importante (de esos que toda la gente se para e impulsa sus orejas hacia adelante para escuchar) que inventamos situaciones y momentos puntuales, poco comunes a que pasen, para pedir un deseo porque somos tan inseguros que no queremos afrontar nuestros sueños por miedo a que no se cumplan.

Se me cayó una pestaña: - Apretemos nuestros pulgares fuerte fuerte mientras pedimos un deseo, cuando los separemos, el que se quedó con la pestaña se le cumplen los deseos.

Tenés una pestaña en el ojo, cerrá en la que te parezca que está y pensá en un chico, si le acertás el gusta de vos.

Encontré el huesito en el pollo!,
- ¿Querés que tiremos?
- ¿Y que hacemos con tirar?
- Antes de eso pedimos un deseo los dos agarrando el hueso y el que se queda con la parte del hueso más grande cuando tiremos, es al que se le van a cumplir los deseos.

No respires mientras pasas por el tunel y pedí un deseo hasta que salgas a la luz.

¡Mirá esa estrella fugaz!, ¿Alcanzaste a pedir un deseo?.

Pedí 3 deseos antes de soplar las velitas.

Tenés una vaquita de San Antonio en tu brazo, ¡Pedí un deseo ahora!.

Estamos parados bajo las vías y está pasando un tren, me parece que tenemos que pedir un deseo.

Y asi siguen las tantas situaciones que nos resguardan por si no se nos cumplen y podemos decir, "Era sólo un juego".

2 comentarios:

Sugus verde dijo...

- En hora capiúa.

y

- Cuando ves un Ford Ka.

lexi dijo...

no es solo un juego, los deseos se cumplen siempre!!!!